Las aventuras del gaucho Lothar Matthäus, de Maradona y Ramón hasta Messi y Demichelis

De repente, Lothar Matthäus lanza una fecha: 24 de marzo de 1982. "Seguro que no saben de qué hablo...". Se divierte haciéndose el enigmático, pero enseguida revela por qué ese día está clavado en su carrera: "Fue la primera vez que enfrenté a Diego..., éramos tan jóvenes. Argentina y Alemania empatamos 1-1, en River..., faltaba muy poco para la Copa de España...". Era dos pibes que apenas pasaban los 20. La vida los cruzaría tantas veces que ambos fueron la atracción en las despedidas del otro. En Munich y en la Bombonera. Porque Matthäus con la Argentina mantiene muchas raíces. Tantas, que cuatro veces en su vida estuvo en Buenos Aires. Y pudieron ser más.

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Diego Maradona se robó el homenaje que clausuró la carrera de Lothar, en mayo de 2000, en Baviera. Al año siguiente, el alemán estuvo en la Ribera para ser el partenaire ideal en el adiós del 'Diez'. Y en 2005, cuando Lionel Messi pasó por el estadio Ferenc Puskás de Budapest casi como una exhalación antes de ser expulsado en su debut contra Hungría..., el técnico rival era..., sí, Matthäus. Increíbles coincidencias.

Cuando habla de Maradona lo llama "un grande amigo", así, en español. Se enfrentaron tantas veces. En broma y muy en serio, nada menos que como capitanes en dos finales del mundo, una para cada uno. Y en los filosos cruces Inter vs. Napoli. Y en un amistoso en la cancha de Vélez, en 1987, que ganó la Argentina de Carlos Bilardo. Por última vez, el alemán estuvo de visita en 2016, como embajador de la Bundesliga.

Los nombres argentinos atrapan la charla. "Batistuta era una bestia". Y lo dice todo en español Matthäus, casi un homenaje porque intencionalmente abandona el inglés, el italiano y el alemán. La primera temporada de Batistuta en el calcio fue la 1991/92, la última del alemán en Internazionale, pero los primeros festejos del argentino en Fiorentina alcanzaron para impresionar a Lothar. "Me gustaba muchísimo Batistuta. Su estilo de juego, su potencia. Fue uno de los futbolistas más determinantes de aquellos años. Caniggia también fue un grande... Es muy difícil elegir sólo un nombre. Pero debajo de Messi y Maradona han tenido muchos jugadores fantásticos, que incluso los ayudaron a ellos a ser tan grandes".

Poco antes del Mundial del '90 que lo consagraría, obtuvo la Liga italiana con el Inter de Giovanni Trapattoni. Con Walter Zenga en el arco, con Giuseppe Bergomi en el fondo..., y con Ramón Díaz en ataque. "Él era un jugador muy inteligente, muy técnico, y tenía ese olfato goleador..., era muy zorro, muy zorro. Y muy inteligente. Él nos ayudó mucho a ganar el scudetto 88/89 en el Inter [convirtió 12 tantos en la campaña]. Y desde que se lanzó, también he seguido su carrera como entrenador".

Lo dirigió el árbitro Juan Carlos Loustau camino al título en Italia '90. No veo hoy un argentino parecido a él..., piensa y en el chileno Arturo Vidal encuentra características similares. No le alcanzan los elogios para describir a Messi, también distingue a Sergio Agüero y confiesa que charla seguido con Martín Demichelis, hoy entrenador de las juveniles de Bayern Munich. De repente, se detiene en Diego Simeone: "Su equipo juega como jugaba él. Fuerte, físico. Un fútbol diferente al de otros equipos de Europa. Quedé angustiado las dos veces que estuvo muy cerca de ganar la Champions. Creo que viene haciendo un gran trabajo en Atlético. De todos modos, creo que Atlético es un equipo ideal para un técnico como Simeone; no podría llevar a cabo ese estilo de juego en cualquier equipo porque existen otras filosofías de juego. En Barcelona, por ejemplo, no podría. Creo que Simeone es el técnico correcto para este equipo. Pero también para el Inter, algún día dirigirá allí", vaticina.

El técnico quedó archivado hace años. Matthäus nunca más dirigió desde 2011, cuando condujo a la selección de Bulgaria. Fue el técnico de Atlético Paranense por siete partidos, y en 2010 sonó por Avellaneda... "Racing fue una opción, fue verdad..., sólo pedí una garantía bancaria, pero nunca llegó. Faltaban papeles y no me podía arriesgar", cuenta el hombre que jugó más partidos (25) en la historia de los mundiales. Que alzo la Copa del Mundo, la Euro y otros 19 títulos. Pero nunca la Champions League.

En agosto de 1978, Boca se coronó campeón Intercontinental al golear 3-0 a Borussia Mönchengladbach en Will Park... Matthäus era un pibe de 17 años que en la temporada siguiente debutaría en la primera de 'Die Fohlen', o 'Los potros'. Sin sospechar que tanto tiempo después pisaría la Bombonera. El templo de Maradona, 'su grande amigo'. Y muestra sus condecoraciones afectivas: "Yo jugué con Maradona, en el mismo equipo, tres veces: los dos últimos en 2000 y 2001, en nuestras despedidas. Pero en 1988, cuando ambos estábamos en nuestra mejor forma, compartimos equipo en el homenaje a Michel Platini. Y nos divertimos mucho. Él me dio una asistencia y yo marqué un gol. Para siempre". Como su irresistible imán con la Argentina.